En encuentro vía zoom se realizó el sábado 28 de octubre y participaron religiosas y laicos de las diferentes comunidades de nuestra Provincia Religiosa Nuestra Sra. de Guadalupe.
En encuentro vía zoom se realizó el sábado 28 de octubre y participaron religiosas y laicos de las diferentes comunidades de nuestra Provincia Religiosa Nuestra Sra. de Guadalupe.
A partir de una actualización de la parábola del buen samaritano, la Madre Mabel nos invitó a repensar nuestro rol y estilo como servidores y educadores orionitas en los contextos actuales.
Por un lado, repensarnos como congregación luego del XIII Capítulo General, en paralelo con una Iglesia en Sínodo que busca dar forma concreta a la sinodalidad, frente al desafío de un cambio radical de mentalidad y de estilo en todos los niveles y en todos los ámbitos.
Madre Mabel reflexionó sobre la persona a merced de la “modernidad líquida” que “saquea, despoja y golpea” la esencia profunda del ser humano y de sus principales instituciones humanas como la familia… Citó las palabras del pensador Zygmund Bauman: lo que se vive es “la creencia de que el cambio es lo único permanente y que la incertidumbre es la única certeza”.
“En nuestras manos de orioninos se nos confían frecuentemente niños, jóvenes, familias vulnerables, rotas, desorientadas y despojadas de valores, víctimas de los salteadores de nuestra sociedad líquida -como los de la parábola del buen samaritano-. Con frecuencia nosotros mismos sentimos la vulnerabilidad en nuestra propia vida y la incertidumbre como “única certeza”, dijo Madre Mabel
Educadores y servidores con perfil Orinita Samaritano
“Como educadores, educadoras o servidores orioninos no podemos ¨dar un rodeo¨ ante estas realidades y ¨seguir de largo¨, nuestra vocación es ser samaritanos y samaritanas: ver, observar, acercarse, escuchar, tocar, curar, vendar, empatizar, cargar, consolar… tener compasión”, continuó.
Madre Mabel enfatizó que no se educa principalmente con contenidos… eso es “instrucción” no educación… Se educa fundamentalmente con una actitud “samaritana” de la cercanía, la comprensión y el compromiso de corazón a corazón. Y Don Orione nos dirá que más que con las palabras hay que trasmitir con el ejemplo: “Y quien verdaderamente quiera educar y edificar a Jesucristo en el alma de los jóvenes y de la sociedad debe vivir la fe y la caridad de Jesucristo: debe hacerlas brillar en su vida; ¡deben verse brillando incluso en su rostro, en sus palabras, en toda su enseñanza! ”.
También se explayó sobre los tres caminos fundamentales que el Papa Francisco nos regala para construir una congregación samaritana, y, en ella, el perfil del orionino samaritano:
- Estar unidos a Cristo. 2. Ser cercanos a los pobres. 3. Ser activos en el servicio.