Del 14 al 16 de este mes, la ciudad de Sáenz Peña, Chaco, fue escenario de una experiencia transformadora: la Acampada Juvenil organizada por la Pastoral Juvenil Vocacional de la Familia Orionita. Las Hermanas de Don Orione acompañamos esta iniciativa, en la que participaron alrededor de 40 jóvenes provenientes de distintas comunidades de la zona NEA, unidos por el deseo de servir, orar y crecer en fraternidad.
Durante tres días, los jóvenes vivieron una intensa jornada de oración y servicio, con espacios de formación, reflexión, encuentro y misión. Uno de los momentos más significativos fue el servicio en el Cottolengo Don Orione, donde compartieron con los residentes, encarnando el carisma orionita con gestos concretos de ternura, alegría y entrega.

También hubo tiempo para conocer más profundamente la figura de San Luis Orione, su paso por Sáenz Peña y los valores que lo guiaron: la caridad sin límites, la confianza en la Divina Providencia y el amor apasionado por Jesús y por los más pobres. Muchos de los jóvenes expresaron su deseo de seguir encarnando estos valores en su vida cotidiana.
Esta acampada no fue solo una actividad pastoral: fue un verdadero llamado a vivir con radicalidad el Evangelio, a decir “sí” con valentía y a ser testigos del amor de Dios en medio del mundo.

Damos gracias a Dios por cada joven que se animó a participar, por cada corazón que se abrió al encuentro, por cada semilla de vocación que comienza a germinar. Rezamos especialmente por ellos, por sus caminos, por sus búsquedas y por su entrega.
¡Ave María y adelante!
Compartimos con ustedes testimonios de los jóvenes
Lo que me llevo de este campamento en el Cottolengo es mucho amor de dios y el abrazo de Mamá María, en cada abrazo de cada residente reflejaba su amor puro en cada mirada y cada sonrisa sincera que me llenó del espíritu santo, cada momento que compartimos, cada juego, cada baile que hicimos con ellos, cada charla. No hay nada más lindo que levantarse y que te reciban con un abrazo lleno de amor y una sonrisa alegrándote el día.
Me enseñaron que con un abrazo puro podés transmitir el amor de nuestro padre y cambiar la vida de nuestro hermano, darle ese fuerza y de entregarnos a la mano de nuestro padre y entregarlo todo y pedir tener ese abrazo sincero al prójimo y esa sonrisa sin importar la capacidad de cada uno.
Y a pesar de que algunos no te podían hablar, con una mirada te decían mil palabras, esa mirada profunda que te llegaba al corazón.
Rafael
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Es una experiencia rodeada del amor de Dios. Es un Cielo.
El Compartir con los jóvenes, Hermanas y residentes te renueva la Esperanza y la Fe para seguir caminando junto a Jesús.
Juan Pablo
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La experiencia del Cottologengo me permitió conocer los dos principios fundamentales de la espiritualidad Orionita: la Caridad y la Providencia. Al estar con los hermanos residentes y atender personalmente sus necesidades, aunque sea por muy poco tiempo, pude sentir, inexplicablemente, una imagen muy fuerte de lo que Luigi Orione pensó tanto tiempo atrás. Los diálogos con las hermanas del Cottologengo y el Hogar de Niñas me ayudaron a dimensionar aún más estas sencillas pero profundas palabras. Hay en mí una sensación extraña al culminar la experiencia. Y es la de sentir que, aunque lejos físicamente por distancia, el Cottologengo de S. Peña me mostró que la verdadera Caridad de Jesús no es solo a los excluidos a la sociedad en situación de resguardo, sino con aquellos que en el día a día se sienten excluidos.
Julián Emmanuel
Argentina
Uruguay