En todas las comunidades orionitas alrededor del mundo se vivió La Fiesta del Papa de una forma sencilla y donde de distintas formas se celebró la nueva encíclica que el Papa ha dado a la Iglesia.
Don Orione, aceptando esta palabra de orientación para la humanidad, diría: “vivimos del amor al Papa; porque sentimos cuánto aviva nuestra fe, cuánto ensancha nuestras esperanzas, cuánto aviva nuestra caridad hacia Dios y hacia el prójimo ”.
La encíclica se encuentra dividida en ocho capítulos. Capítulo 1: Las sombras de un mundo cerrado; Ch2: Un extraño en el camino; Capítulo 3: Pensar y generar un mundo abierto; Capítulo 4: Un corazón abierto al mundo entero; Capítulo 5: La mejor política; Capítulo 6: Diálogo y amistad social; Capítulo 7: Caminos de un nuevo encuentro: Capítulo 8: Las religiones al servicio de la fraternidad en el mundo.
Inspirado en San Francisco de Asís, el Papa Francisco definió una forma de vida que consiste en amar al otro como hermano, aunque esté lejos. Es una llamada a la fraternidad abierta, a reconocer y amar a cada uno con un amor sin fronteras, que sale al encuentro del otro y es capaz de ir más allá de cualquier obstáculo.
“Hermanos Todos” no es simplemente un resumen de la doctrina sobre el amor fraternal, sino una insistencia en su dimensión universal. Durante la redacción de la Encíclica, destacó el Papa, se originó la pandemia del COVID-19, que sacó a la luz nuestras falsas certezas, y puso de manifiesto nuestra dificultad para actuar juntos.
El texto pontificio es una invitación a un nuevo sueño de fraternidad y amistad social. El Santo Padre desea que en este tiempo reconozcamos la dignidad de cada persona humana y podamos hacer nacer entre todos una aspiración mundial a la fraternidad.