El pasado martes celebramos con profunda emoción los 49 años del Hogar Santa Rosa, una obra que desde 1976 ha sido faro de esperanza para mujeres con discapacidad.
De colonia de vacaciones a hogar de acogida
Antes de convertirse en hogar, el predio fue donado por la familia Juan B. Valle y Rosa de Valle, y funcionaba como casa de vacaciones para los residentes del Cottolengo de Claypole, San Miguel y Avellaneda.
Las primeras hermanas que acompañaron esta misión fueron María Perseverancia, María Dolores, Modesta y María Rafaela, quienes dejaron una huella imborrable en la comunidad.
El 24 de marzo de 1976, la comisión solicitó a la Madre General María Margarita Balossi la transferencia oficial del Hogar, dando inicio a una nueva etapa dedicada al acompañamiento integral de mujeres con discapacidad.
Ese mismo año se promovió el reconocimiento oficial del Hogar Santa Rosa como obra religiosa en Tigre, y se nombró como responsable a la Hna. María Eugenia. La primera superiora local fue la Hna. María Perseverancia Velázquez, en una ceremonia en la que estuvieron presentes Mons. Laguna, el Superior provincial, P. Esteban y el cura párroco, P. Osvaldo.
En diciembre de 2021, se inauguró un nuevo edificio que representa el crecimiento y renovación de esta obra. La ceremonia reunió a hermanas, autoridades civiles y religiosas, reafirmando el compromiso con la dignidad, la fe y la acogida.
Un legado que sigue creciendo
Desde sus inicios, el Hogar Santa Rosa ha sido mucho más que una institución: es un espacio de amor, contención y comunidad. Guiado por el carisma de San Luis Orione y sostenido por las Pequeñas Hermanas Misioneras de la Caridad, el Hogar continúa su misión de brindar atención integral a mujeres con discapacidad, promoviendo su desarrollo humano y espiritual.
Agradecemos a todas las personas, familias, voluntarios y colaboradores que han sido parte de esta historia. Cada gesto de entrega ha hecho posible que esta misión siga floreciendo.
¡Ave María y Adelante!